Masticar es el primer paso en el proceso digestivo, es decir, de alguna forma le avisamos al sistema digestivo que debe ponerse en marcha. Para lograr una buena digestión es preciso masticar lo máximo posible para que la comida sea cada vez más pequeña. Las enzimas de la saliva son las que rompen la comida justo al introducirse en la boca. También es peligroso tragar trozos grandes de comida, ya que puede interrumpir el aire en tu garganta y puede hacer ingerir bacterias, así como hacer más complejo el proceso digestivo. Evitaremos problemas de este tipo si aprendemos a cómo masticar correctamente.

Primero, es importante dejar un amplio espacio entre cada alimento, para asegurarnos de que tenemos tiempo suficiente para masticar. Además, si lo haces lentamente se disfruta más de la comida, y probablemente se coma menos de lo que se debe, ya que te llenas antes comiendo despacio. También es recomendable comer en un ambiente tranquilo y relajado, evitando lugares ruidosos, ya que son sitios que pueden influenciar la rapidez con la que comes y el poco cuidado que le das.

Antes de introducir la comida en la boca, córtala en pequeños trozos; porciones de un centímetro cuadrado son las adecuadas para las carnes, pescado y otros grandes pedazos de comida.

Masticar de 25 a 50 veces

Aunque no estemos comiendo trozos demasiado pesados, es preciso masticar alrededor de 25 a 50 veces

Aunque no estemos comiendo trozos demasiado pesados, es preciso masticar alrededor de 25 a 50 veces. El número varía en función de cada persona: el tamaño, la edad y el  sexo son sólo algunos de los factores que influyen.

La mejor manera de saber si se ha masticado correctamente es siguiendo esta regla: si no se determina qué tipo de alimento se tiene en la boca, se ha masticado lo suficiente. Dejando al margen los alimentos más pesados, también es preciso masticar los semi-líquidos, como el yogur. Es importante triturar también este tipo de productos para que las enzimas de la saliva trabajen.

Todos estos consejos son importantes. Debemos intentar aplicarlos cada vez que vayamos a comer e intentar inculcarles estos hábitos a los más pequeños para que sepan masticar correctamente y no tengan ningún problema digestivo.