Existen muchas afirmaciones en torno a las frutas y no todas, ni mucho menos, son acertadas. Se llama fruta a aquellos frutos comestibles obtenidos de plantas cultivadas o silvestres y suelen ser alimentos de aroma intenso y agradable que suelen ser tomadas crudas y normalmente en su punto maduro. Pero… ¿la fruta engorda si se toma como postre? Este pensamiento, muy extendido, es erróneo. Tomada en cantidades razonables, no engorda, pero sí es cierto que si se toma antes de cualquier comida tiene un efecto saciador que nos ayuda a comer menos.

También se suele afirmar que plátanos, melones, uvas e higos son frutas que habría que eliminar de cualquier dieta. No se puede negar que son alimentos ricos en azúcar, pero tampoco se puede esconder que son fuente de muchas vitaminas y que su valor calórico no es en absoluto elevado.

Tampoco es cierto que las frutas ácidas nos hagan adelgazar. En primer lugar, porque ningún alimento nos hace perder peso por sí solo, pero también porque las frutas más dulces no tiene por qué tener más calorías que las más ácidas. Unas y otras son recomendables en cualquier dieta equilibrada.

Las naranjas, ¿nos ponen morenos?

Seguro que también habrá escuchado muchas veces que la zanahoria, la naranja o el melocotón son alimentos que nos ayudan a ponernos morenos. Ese color anaranjado común en las tres se debe a los betacarotenos, una familia de compuestos activos con un gran poder antioxidante. Si bien no broncean, sí es cierto que ayudan a proteger la piel (aunque nunca de manera suficiente) y que activa los melanocitos de la piel, los responsables del tostado de la piel.

La piel de la fruta contiene fibra y muchas sustancias activas

Y por último, ¿resulta la fruta más nutritiva sin haber sido pelada? Lo cierto es que una parte de la fibra y muchas sustancias activas se encuentran en mayor proporción en la piel, especialmente en la de colores vivos, pero ello no significa que la pulpa no tenga propiedades similares. Además, también es cierto que algunas, como la manzana o las uvas, pierden algunos nutrientes al ser despojadas de la piel, pero su interior seguirá conteniendo importantísimas cantidades.

Por ello, antes o después de las comidas, con piel o sin piel, ácidas o dulces…  para cualquier alimentación equilibrada es indispensable tomar a diario tres raciones de frutas.