Enriquecer la dieta con alimentos ricos en calcio como pueden ser, por ejemplo, espinacas, nueces, sardinas, atún o salmón, además de tomar el sol de forma regular, pero siempre teniendo en cuenta que no puede ser abusiva, ayudan a afrontar la intolerancia a la lactosa.
Se debe acudir al especialista para saber qué alimentos incorporar a la dieta
Estamos hablando de una enfermedad cuya incidencia real sobre la población no se conoce, ya que los síntomas son a menudo confundidos con los de otras dolencias digestivas y, además, muchas personas la tratan sin acudir a un especialista. Es una enfermedad que se desarrolla cuando el organismo no produce suficiente cantidad de lactasa, la enzima responsable de descomponer la lactosa en otros azúcares más simples y sencillos de absorber por el intestino. Los síntomas se suelen presentar en forma de dolor e hinchazón abdominal, diarrea, flatulencias, retortijones, vómitos o náuseas. También se ha concluido que esta intolerancia viene determinada por la genética e incluso por la zona geográfica donde uno vive.
Una de las medidas más frecuentes para combatir esta dolencia es la exclusión de la lactosa de la dieta, siempre de acuerdo con el grado de intolerancia que sufra el paciente, lo que supone, a su vez, la eliminación de una importante fuente de calcio, necesario para los huesos, y también de vitaminas, proteínas y ácidos grasos, un déficit que hay que tratar de compensar.
Por todo lo anteriormente expuesto, el asesor médico de Laboratorios Cinfa, González Zorzano, recomienda, además de acudir a un especialista, conocer qué alimentos se pueden incorporar a la dieta que sean ricos en lactosa. Por ejemplo, lo son las salchichas, los patés, los helados, los cereales enriquecidos, las sopas instantáneas o las comidas preparadas.
Además, también recomienda leer las etiquetas de los alimentos envasados, ingerir otras fuentes o complementos de calcio y nutrientes, y beber leche que no contenga lactosa.
Sol con cuidado
Otra de las medidas aconsejables para sustituir la lactosa es tomar el sol, pero el doctor matiza que debe ser de una manera regular y no abusiva. Los daños de los rayos ultravioletas para la piel están más que demostrados y por ello hay que ser cuidadosos.