Un equipo de científicos del Laboratorio Militar de Massachusetts ha desarrollado una pizza que puede estar almacenada hasta durante tres años sin refrigeración ni congelamiento. Esta ‘pizza eterna’ está compuesta por ingredientes humectantes (azúcar, sal y jarabes) que hidratan pero impiden que el agua pase a la masa, así como hierro, que absorbe el aire. El resultado final es una pizza en la que no aparecen el moho ni las bacterias y, quien la ha probado, asegura que su sabor es muy similar al de las pizzas más habituales, aunque su masa sea quizás menos crujiente.
Primero hay que precocer la masa y luego, con los ingredientes, congerlar la pizza por contacto
Al hilo de esta noticia, seguro que muchos se han planteado qué pueden hacer para que las pizzas que ellos hacen en casa aguanten más tiempo. La solución pasa, obviamente, por la congelación, ¿pero se puede meter al congelador una pizza cuya masa se ha hecho en casa? La respuesta es sí, pero hay que saber cómo realizarlo.
Hacer masa casera es una labor que tiene su misterio y trabajo, por lo que a veces, puestos en faena, nos gustaría aprovechar y hacer masa para más de un día. Pues bien, la solución pasa por hacerla como si la fuésemos a comer ese mismo día, dejarla levar y prehornearla, es decir, dejarla en el horno cociéndose para que el día que nos la vayamos a comer se termine de hacer y esté crujiente. Con diez minutos de horno debería ser suficiente, ya que en ese tiempo los bordes se hincharán, pero no dorarán.
¿Y los ingredientes de la pizza?
Aunque se puede congelar únicamente la masa, quizás sea más cómodo hacerlo con los ingredientes con los que se terminará comiendo. Hay que ponerlos como si se fueran a comer en el momento para luego congelarlo todo por contacto. ¿Cómo se hace? Es muy sencillo: poniéndolo contra una superficie fría que en contacto con la pizza extrae el calor.
En otras palabras, lo que deberemos hacer es colocarla sobre una bandeja metálica y meterla durante alrededor de dos horas al congelador. Cuando ya estén congeladas, las separaremos y envolveremos en papel film, primero, y en papel de aluminio, después.
Durante tres meses, las pizzas estarán en condiciones óptimas de ser tomadas. Con diez minutos de horno debería ser suficiente, al estar la masa ya precocida.