La nueva denominación incide en el carácter culinario de su oferta, en la que la gastronomía cobra una importancia vital para responder a los gustos cada día más exigentes de los consumidores. En este sentido, una gastroteca y un restaurante de alta cocina no presentan muchas variaciones, si no es por el interés del propietario de transmitir a la clientela una idea de negocio basado en una extensa y elaborada presentación culinaria.
Aunque la RAE no recoja estos conceptos, son de sobra conocido
El diccionario de la lengua española no recoge una palabra que se ha popularizado entre los amantes de la buena cocina que, sin embargo, conocen a la perfección qué pueden encontrar al entrar en uno de estos establecimientos, donde también se cuida con esmero la carta de vinos, cervezas, cavas y champagnes que acompañarán a la comida. El objetivo último es lograr sorprender a la clientela con propuestas exclusivas de la cocina de autor.
Las gastrotecas han encontrado un compañero de viaje con el mismo destino en los gastrobares. Sin estar de momento tan popularizados, estos locales comienzan a despuntar en un territorio histórico en el que la costumbre de comer pintxos es sagrada con una oferta que llega a la excelencia.
La principal razón de ser de los gastrobares es acercar al público medio de la alta cocina, y para ello habilitan un establecimiento que se encuentra entre el restaurante y el bar tradicional donde se pueden degustar creaciones a un precio razonable. Es la mejor alternativa para quienes optan por un plan informal sin renunciar a la alta calidad.
Esta vez en miniatura
En estos locales el cliente encontrará también, al igual que en las gastrotecas, alta cocina de autor, aunque esta vez en miniatura, y una cuidada selección de bebidas de referencia a un precio razonable en un ambiente tranquilo y, por lo general, elegante y decorado con buen gusto.
Son ideas originales dentro de un mundo, el gastronómico, que en el caso vasco se caracteriza por ser muy cambiante y dinámico, con nuevas propuestas continuas que elevan la calidad de la oferta y retan a cocineros a sorprender y a consumidores a estar abiertos a nuevas experiencias.