Un plato de carne con su salsa

Una correcta salsa da otro sabor a cualquier plato [Foto: diariovasco.com]

Trucos caseros

Ingredientes infalibles para espesar una salsa

Las salsas son un condimento muy utilizado en el momento de enriquecer un plato, gracias a su fácil elaboración y al sabor que aportan a la receta. Sin embargo, en algunas ocasiones las prisas o un mal cálculo provocan un pequeño contratiempo en la cocina, cuando tenemos la comida preparada a falta del toque final y nos encontramos con una salsa muy líquida.

diariovasco.com | 08/06/2015 |

El error se puede subsanar de varias maneras, todas ellas muy sencillas que no nos robarán mucho tiempo y que no alterarán el sabor de nuestro aliño. Uno de los ingredientes que podemos utilizar es el almidón, siempre y cuando lo mezclemos bien con agua fría, para que no forme gránulos.

La harina debe ser mezclada con mantequilla o aceite para que no dé excesivo sabor

Para espesar el aliño, hay que utilizar una cucharada de almidón por cada taza de salsa. La pasta resultante de unirlo con agua se añade a la salsa en el fuego mientras batimos y elevamos la temperatura hasta que llega a punto de ebullición, cuando el almidón se libera y se activa su efecto espesante.

Una alternativa muy utilizada es la harina, pero en esta ocasión hay que tener cuidado porque traslada a la comida mucho sabor. Para evitarlo, hay que mezclarla con grasa. Utilizaremos dos cucharadas de harina por cada taza de salsa y la misma cantidad de mantequilla o aceite, que calentaremos a temperatura media para luego añadir poco a poco la harina. El truco es batir hasta conseguir una mezcla espesa, cremosa y de un color café dorado sin que se queme. Una vez obtenida, tan solo hay que añadirla a nuestra salsa.

La alternativa del huevo

El huevo es otro de los ingredientes que nos resultan de gran ayuda para espesar, sobre todo en el caso de los flanes y los pudines. Si nuestro postre no ha alcanzado la textura deseada, una solución es batir yemas de huevo y agregar pudín o flan hasta que se consiga una mezcla adecuada. Solo falta añadirla a la salsa general y batir hasta que esté suave. Calentar hasta que empiece a hervir y dejarlo a fuego lento alrededor de un minuto salvará nuestra fama repostera.

La reducción es un método muy utilizado y fácil. Si nuestra salsa es demasiado líquida, podemos dejarla a fuego lento y removerla constantemente para que no se queme. El calor provocará que el aliño se espese de manera gradual, además de conseguir que los sabores de los ingredientes utilizados se potencien. Existen algunas alternativas más para que un detalle no arruine nuestro plato, pero estas técnicas son muy sencillas y nos asegurarán los resultados deseados.

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