Los helados, las bebidas con azúcar y las comidas o cenas poco saludables que se hacen durante el verano consiguen que, en la gran parte de las personas, se descuide la dieta habitual y saludable del resto del año con las consecuencias que eso tiene, no sólo para el aspecto físico, sino, principalmente, para la salud.
Por eso, ahora que ya se acaba el verano, tenemos que empezar a llevar la vida sana de siempre, especialmente porque las navidades comienzan a avistarse (quedan tres meses, pero pasan volando) y esta época también resulta peligrosa para las dietas sanas.
Y lo mejor es que llevar una alimentación sana, resulta muy sencillo si aplicamos los siguientes consejos:
- Ingerir menos carnes magras y sustituirlas por carnes con menos grasa, como pueden ser el pavo y el pollo que, además, son mucho más baratas. De esta forma se beneficia, no sólo la salud, sino también nuestro bolsillo.
- Comer, al menos, cinco piezas de fruta y/o verdura al día. Es fácil, si comemos algo de verdura al mediodía, para almorzar y merendar también ingerimos dos piezas de fruta, así como para comer y cenar. Pero no nos olvidemos de los yogures, que también son importantes para nuestra salud, especialmente para el calcio de nuestros huesos.
- Cocinar sin grasas. Lo mejor es cocinar al vapor o la plancha. La comida sabe igual de rica y si queremos darle algún toque de sabor, las verduritas y legumbres nos ayudarán a ello.
- Hacer treinta minutos de ejercicio al día: basta con andar a paso ligero o subirse y bajarse una parada antes o después, en el autobús, para conseguir este objetivo.
- Sustituir los lácteos enteros, por semidesnatados o desnatados. Hoy en días estos productos han mejorado mucho y apenas se nota diferencia de sabor entre unos y otros y son mucho más saludables. Entonces, ¿por qué no tomarlo como una costumbre más?
- Evitar comidas abundantes. Muchas veces comemos más de lo que debemos y eso lo nota nuestro cuerpo desde el primer momento, porque nos sentimos mucho más pesados. Hay que comer despacio y con moderación. Es mejor hacer varias comidas pequeñas al día (siempre saludables) que tres en las que nos excedamos.