Comienza el cole y con él la vuelta a la rutina. La misma, sin duda, beneficia a niños y mayores, puesto que cuando se desajustan los horarios, también se desajustan otro tipo de aspectos en nuestra vida y la alimentación, suele ser una de ellas. Sin embargo, es algo que no deberíamos dejar de tener en cuenta en ningún momento del año.
De vuelva ya a la rutina, por todos es sabido que un buen desayuno y comida, sanos y nutritivos son muy importantes. Ya lo dice el refrán: “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”, pero de lo que no nos podemos olvidar, especialmente si tenemos niños o adolescentes es de darles un almuerzo y meriendas adecuadas. Especialmente en el caso del primero, puesto que será el que mejor le ayude a pasar el día en el colegio y no perder detalle de lo que sus profesores le enseñan cada día.
¿Qué debe de contener un buen almuerzo?
El almuerzo nunca debe de llenar por completo al niño para quitarle el apetito a la hora de comer
El almuerzo, que normalmente se tomará sobre las 10.30 u 11 horas (hora en la que habitualmente hacen un pequeño descanso/recreo en los centros escolares), nunca debe de llenar por completo al niño para quitarle el apetito a la hora de comer, sino que debe de servir de complemento para que pueda aguantar bien hasta la hora de la comida.
Es por ello que la ración no deberá de ser muy abundante y puede contener los siguientes productos: una pieza de fruta, un quesito, un zumo, yogur líquido, un pequeño bocadillo de jamón, chorizo... Si queremos meterle alguna galleta o bizcocho casero, también lo podemos hacer, pero sería recomendable que no fuera el almuerzo de todos los días (por ejemplo, una vez a la semana) y sobre todo, que no contengan muchas grasas, evitando, a ser posible, la bollería industrial.
Para que no nos olvidemos de ponérselo, lo mejor es prepararlo por la noche y meterlo en la mochila, al mismo tiempo que enseñamos a nuestro hijo a preparar sus cosas para el día siguiente. De esta forma se evitan prisas o que se nos olviden las cosas y tengamos que recurrir a la bollería industrial, que suele ser lo que más fácil se puede conseguir fuera de casa y cerca de un cetro escolar.