La noticia más antigua sobre la elaboración y consumo del bizcocho de almendra, hoy conocido como Tarta de Santiago, procede del año 1577, en el contexto de la visita que D. Pedro de Porto Carrero realizó a la Universidad de Santiago y de su investigación sobre las comidas que se daban a los profesores con motivo de la concesión de los grados académicos. Aunque era llamada ‘tortareal’, su elaboración con almendra molida, azúcar y huevos, cocido al horno y servida en una pieza fragmentada en dos porciones individuales, confirma la teoría de que se trata del mismo dulce que hoy llamamos tarta de Santiago.

La primera tarta de
Santiago data del año 1577
y se llamaba 'tortareal'

En la compostelana ‘Casa Mora’, su fundador comenzó en 1924 a adornar las tartas de almendra con una silueta de la Cruz de Santiago. Esta idea alcanzó un gran éxito y se difundió pronto por otros obradores de toda Galicia.

Los ingredientes para la Tarta de Santiago son: 250 gramos de almendra marcona cruda entera, 250 gramos de azúcar, 4 huevos medianos, un poco de canela molida, ralladura de medio limón y para adornar, azúcar glasé. Hay que moler la almendra,  precalentar el horno a 160º y cuando esté caliente meter la almendra y dejar 10 minutos dentro del horno removiéndola para que pierda un poco de humedad pero sin que se llegue a poner morena,  retirarla del horno y dejarla enfriar. A continuación, se añade a la almendra molida una poca canela y la ralladura de medio limón. Aparte se bate el azúcar con los huevos incorporándolos uno a uno hasta que blanqueen un poco. Añadir la almendra a la que habremos incorporado la canela y el limón, pero sin batir, mezclando con cuidado con una espátula. Engrasar el molde y recortar un papel de horno a modo de oblea, engrasar también el papel. Poner la masa de la tarta por encima. Hornear de 25 a 30 minutos a 180º, dependiendo del horno. Dejar reposar 10 minutos, desmoldar y adornar con la cruz de cartón y con un colador, poner azúcar glas por encima.