Seguro que alguna vez le han hablado de alguna persona que estaba “a la sopa boba”. Quizás le hayan acusado a usted de ello o quizás haya sido usted quien ha pensado que alguien en su entorno estaba “a la sopa boba”. La Real Academia de la Lengua recoge la expresión y la define como “vida holgazana y a expensas de otro”. No obstante, ¿se ha parado a pensar si la sopa boba existe como plato? ¿Hay una receta de sopa boba como tal?
Una sopa 'boba' carente de nutrientes
Pues la respuesta sería afirmativa y negativa a la vez. Es decir, existe la sopa boba como plato, pero no tiene ninguna receta en concreto. Por un lado, se dice que una sopa es boba cuando está hecha a base de agua y restos de comida, pero sobre todo llama la atención por su falta de nutrientes y su poca contundencia. Es la típica sopa que en algunas novelas como El Lazarillo de Tormes o en las películas que transcurren en cárceles se describen, ya que era muy frecuente en determinados colectivos en circunstancias de escasez, sobre todo en entornos institucionales.
Los sopistas
Pero recurriendo a los libros de historia, se puede conocer otro origen diferente de la expresión “estar a la sopa boba” que quizás encaje mejor con lo que hoy en día significa. Y es que se le llamaba también sopa boba al conjunto de guisos mezclados que se componían con las sobras de las comidas y cenas de los conventos. Esa mezcla se repartía entre los pobres que acudían hasta ellos a por un plato de comida y era un gesto de caridad.
De la misma manera se les llamaba a los restos que los comensales no tomaban en las posadas. Lo que quedaba se le daba a unas personas que, a cambio de ello, tocaban o cantaban alguna pieza musical o incluso recitaban algún verso. Estas personas recibían el nombre de ‘sopistas’ y por ello hoy en día se dice que una persona que lleva una vida holgazana y que en muchos casos depende de la buena voluntad o caridad de los demás está “a la sopa boba”.