Sardinas enlatadas

La sardina, una de las mejores fuentes de omega-3 [Foto: Diariovasco.com]

Prevención

El omega-3, fuente de beneficios

Los ácidos grados omega-3 son altamente bondadosos con los más mayores y son varios los estudios que asocian el consumo del pescado con un menor riesgo de muerte

diariovasco.com | 18/04/2013 |

Según un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard y la Universidad de Washington, los mayores que consumen ácidos grasos omega-3, que principalmente se encuentran en el pescado azul y los mariscos, pueden ver reducido un 27 por ciento el riesgo general de mortalidad y un 35 por ciento las posibilidades de morir por enfermedades del corazón.

Este estudio fue publicado en “Annals of Internal Medicine” y los propios autores de la investigación encontraron que los adultos mayores con altos niveles de ácidos grasos en sangre llegaban a vivir 2,2 años más que aquellos con niveles más bajos.

El autor Dariush Mozaffarian, profesor en el Departamento de Epidemiologia de HSPH señaló que “aunque el consumo de pescado ha sido considerado como parte de una dieta saludable, pocos estudios han evaluado los niveles de ácidos grasos omega-3 en la sangre y las muertes totales en los adultos mayores”. Otros estudios han encontrado que el pescado contiene proteínas y ácidos grasos saludables para el corazón, además de reducir el riesgo de morir de enfermedades del corazón.

Resultados del estudio sobre omega-3

El omega-3 se encuentra en los mariscos y pescados azules

Este estudio se centró en investigaciones realizadas durante 16 años de datos en cerca de 2.700 adultos estadounidenses de 65 años o más que participaron en el Estudio de Salud Cardiovascular. Al comienzo de la investigación y durante el seguimiento, se les extrajo sangre a las personas implicadas, además de hacerles exámenes físicos y pruebas de diagnostico, y se les preguntó acerca de su salud, historial médico y estilo de vida.

En las muestras de sangre encontraron que los tres ácidos grasos, tanto individual como combinadamente, se asociaron con un riesgo significativamente menor de mortalidad. Para eso, tuvieron que ajustar por variables demográficos, estilo de vida cardiovascular y factores dietéticos.

Cuando estos investigadores observaron cómo la ingesta de ácidos grasos omega-3 en la dieta estaba relacionada con los niveles sanguíneos, se produjo un aumento en los niveles de sangre al pasar de un consumo muy bajo a aproximadamente 400 mg por día.