Este tipo de alimento siempre son recomendados en cualquier dieta equilibrada y los expertos aconsejan tomar en torno a tres piezas al día. Las frutas suelen ser una inmejorable fuente de vitaminas, además de no contener prácticamente calorías y ser un alimento de lo más natural

Sin embargo, en verano son más que nunca esenciales en nuestra dieta. ¿El motivo? No es otro que su capacidad para regular nuestra hidratación. En la temporada estival, en la que normalmente suben bastante las temperaturas y uno se expone durante varias horas al sol, el cuerpo pierde mucho líquido y, además del agua, la fruta es el camino más rápido para recuperarlo, ya que son alimentos muy ricos en agua.

Pero, aunque todas ellas sean muy recomendables, sí es cierto que durante estos meses hay algunas clases de fruta que son más indicadas que otras, bien sea por sus propiedades o porque sea la mejor época del año para tomarlas. Entre ellas estarían, por ejemplo, el melón y la sandía, dos ‘clásicos’ de las neveras para la playa y que siempre sacian no sólo nuestra sed, sino también nuestro apetito. El melón, por ejemplo, es rico en vitaminas, mirenales (potasio, magnesio, calcio o hierro) y con una larga lista de propiedades y beneficios. El melón es un muy buen postre, pero con jamón serrano también puede constituir un recurrente primer plato.

La sandía, por su parte, tiene un contenido en agua del 93% y no contiene casi calorías. Es sabrosa, dulce, muy jugosa y refrescante y, por ello, se puede tomar tanto a modo de postre como de plato principal o incluso en ensalada.

Mucha agua

Además, los melocotones también comienzan a encontrarse en un punto óptimo. Se trata de una fruta muy cultivada a lo largo y ancho de todo el Estado y que está considerado como uno de los veinte alimentos esenciales para una vida sana. El melocotón es muy saludable, con una buena aportación en carótenos, y que además se recomienda en dietas de adelgazamiento por su especial contenido en agua, que alcanza el 86%. Además, no tiene casi calorías y es muy rico en hidratos de carbono.

Los kiwis, los primeros higos, los plátanos las peras amarilla o de San Juan, y las piñas son otras frutas que a lo largo del mes de julio alcanzan su punto óptimo aunque, tal y como se ha señalado con anterioridad, cualquier momento del año debería ser bueno para tomar una pieza de fruta.