El rodizio es, para muchos, un excelente buffet a base de carnes a la parrilla. Eso sí, no se puede ser muy exigente ni esperar que uno coma sin parar magníficos chuletones o cualquier otro corte de buey. El sistema es muy sencillo. Uno paga una cantidad fija, que según el establecimiento y la opción del número de carnes que se elija, puede oscilar entre dieciocho y veinticinco euros por persona.
En el rodizio, el camarero pasa con carne pinchada en una espada y el cliente, a modo de buffet, elige la que quiere
Por este precio uno tiene derecho a comer todo lo que quiera, pero no es un sistema similar al buffet al que se suele estar acostumbrado. Lo único parecido con el buffet de toda la vida es el que se suele encontrar con los entrantes. Allí se puede encontrar lo clásico: ensaladas de lechuga, de pasta…, huevos, langostinos…, en cada sitio ofrecen productos diferentes.
Lo que puede sorprender es la segunda parte. A la mesa acuden camareros con unas espadas ensartadas en pedazos de la misma carne y que se ofrecen para cortarla en tu plato. Ponen la punta de la espada (o pincho parecido a la chaira) y te van cortando. La operación se repite con espadas de lomo, pollo, chorizo, pavo, también buey…
Los cortadores van pasando por las mesas y ofreciendo su servicio hasta que se dice basta. Como en todo tipo de establecimientos centrados en una oferta concreta, los hay mejores y medianos. La carne se hace a la parrilla, con brasa, y hay cocineros que la saben trabajar mejor dejándola jugosa. Se puede pensar también que si uno llega tarde las espadas habrán pasado un par de veces por la parrilla para que la carne no se quede fría.
Churrasquerías
Este tipo de restaurante proviene de la parte sur de Brasil y en la actualidad está extendido por todo el mundo. Extendido por Latinoamérica este sistema también se suele dar en lo que allí se denomina churrasquerías, donde se come carne fundamentalmente.
En numerosos rodizios suelen dar al cliente una ficha por mesa, con un color por cada lado: verde y rojo. De esta forma el camarero cuando pasa con la espada con carne se fija en el color de la ficha. Si es verde ofrece la carne. Si es roja no se acerca a la mesa al entender que los comensales están llenos o que en ese momento no quieren más.