La primera comida del día, tanto en niños como en adultos, es la más importante de la jornada. Si una persona adquiere el buen hábito de desayunar durante su niñez, seguramente esta buena costumbre perdurará a lo largo de su vida. Estudios científicos han demostrado que aquellos alumnos que desayunan correctamente tienen un rendimiento académico significativamente mayor que los que desayunan mal o no desayunan. Las insuficiencias producidas por la omisión del desayuno o por no realizar un desayuno adecuado afectan al rendimiento escolar ya que las insuficiencias producidas, raramente se compensan con otros menús del día.

Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, sólo el 7,5 por ciento de los niños y niñas españoles desayuna correctamente. Aproximadamente, el 20 por ciento de la población infantil y juvenil sólo toma un vaso de leche, mientras que un 56 por ciento sólo acompaña la leche de algún producto que contiene hidratos de carbono. La mitad de esos niños dedica menos de 10 minutos a desayunar.

Aquellos alumnos que desayunan correctamente suelen tener un rendimiento académico superior

Mejorar el rendimiento con el desayuno

Las células cerebrales, las neuronas, son ávidas consumidoras de glucosa, un tipo de azúcar que el cuerpo humano fabrica a partir de los alimentos y que permite que las células consigan energía. Si un niño desayuna mal o no desayuna, privará a su cerebro de energía y su rendimiento se verá afectado de forma sensible. Estudios científicos realizados en España, han detectado que alumnos de 12 y 13 años que desayunan equilibradamente obtienen notas medias de 7,73 mientras que los alumnos que desayuna mal obtenían 5,63 de media.

Al analizar en qué tipos de pruebas obtienen mejores notas los alumnos que han desayunado bien, las mayores diferencias se observan en pruebas que requieren atención y concentración. Para conseguir cada mañana una óptima memoria de trabajo se necesita desayunar bien para proporcionar al nuestro cerebro la energía que necesita para funcionar correctamente.

¿Qué hay que desayunar?

Un desayuno equilibrado debe aportar al organismo todos los tipos de nutrientes que necesita, predominando los carbohidratos sobre las grasas y las proteínas, y conteniendo cantidades importantes de vitaminas y sales minerales.

En muchas ocasiones, por la falta de tiempo, las prisas y los retrasos, algunas familias prescinden de dar de desayunar a sus hijos en casa, pero en la medida de lo posible hay que intentarlo.

El desayuno ideal y adecuado debe ser variado en alimentos que contengan nutrientes necesarios: lácteos (leche, yogur, queso), grasas (aceite de oliva o margarina), vegetales (zumos o frutas), otros (mermelada, jamón york, miel…).