Siempre se ha dicho que una copa de vino en las comidas, sobre todo si se trata de un buen caldo, no hacía daño. Sin embargo, ahora se ha descubierto que no sólo no es perjudicial para la salud, sino que además el vino puede tener incluso efectos positivos en el plano cardiovascular. La curiosidad reside también en que estos efectos positivos se multiplican si se trata de un vino tinto.

Así lo ha dado a conocer Leandro Plaza durante su intervención en el II Foro de Estilo de Vida Saludable. Según un estudio llevado a cabo por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y sacado a la luz en 'American Journal of Clinical Nutrition', el etanol (es decir, el alcohol etílico) y los polifenoles (componentes no alcohólicos) tienen efectos positivos en las moléculas inflamatorias causantes de la arterioesclerosis, sobre todo cuando ésta se encuentra en sus estadios iniciales.

El vino tiene efectos positivos en el plano cardiovascular; curiosamente, estos beneficios se multiplican si se trata de un tinto

El vino es, por lo tanto, una bebida rica en flavonoides, sustancias que proporcionan un efecto vasodilatador en las arterias, además de taninos y polifenoles, siempre presentes en las semillas y la piel de la uva y que funcionan como antioxidantes contra las moléculas conocidas como radicales libres.

Esta investigación se realizó sobre 67 pacientes, analizándose los efectos del etanol y los polifenoles en la inflamación de las arterias de pacientes con alto riesgo cardiovascular, con resultados sorprendentemente positivos.

El consumo de vino, siempre con moderación

Sin embargo, desde la propia Fundación Española del Corazón quieren recalcar que el consumo de vino tinto es beneficioso para la salud cardiovascular siempre que sea de forma moderada. En el caso contario, cuando la ingesta de alcohol sea excesiva, en el organismo aumenta la presión arterial, lo que favorece la aparición de hipertensión.

El consumo excesivo del vino aumenta la presión arterial, lo que favorece la aparición de hipertensión

Además, este estudio refuerza la reciente corriente de opinión a nivel europeo sobre los positivos efectos del vino. En unos tiempos en los que se utiliza incluso por sus propiedades relajantes y terapéuticas, ahora se opta también por recordar el mito de la ‘paradoja francesa’.

Y es que resultaba paradójico que los franceses mostrasen altos niveles de colesterol, debido al consumo de mantequillas, natas y quesos y, sin embargo, presentaran una mortalidad baja por problemas de corazón. Más tarde, se observó que los franceses, a diferencia de los habitantes de los países nórdicos, tomaban en las comidas una copa de vino tinto.