Si hay quien que piensa que las ensaladas son aburridas es que no sabe muy bien lo que está diciendo.  Las ensaladas podrán ser muchas cosas, pero desde luego, aburridas no. No, desde luego, si se ha aprendido a huir del sota caballo rey, es decir de la típica ensalada hecha a base de lechuga, tomate y cebolla, y si uno se adentra en este mundo, el de las ensaladas, que ofrece mil y una alternativas gastronómicas, empezando por un producto que nunca, o habrá que decir casi nunca, puede faltar en una ensalada: la lechuga.

Sigue siendo la reina de la huerta, pero la lechuga es hoy un producto con múltiples variedades que conviene identificar, conocer y diferenciar cuando vamos al mercado. Y es que esta verdura, de la que podemos disfrutar todo el año, cuenta con una gama muy amplia de sabores y colores en función del tipo.

Las lechugas del mercado

He aquí algunas de las más comunes lechugas del mercado:

-Romana: también llamada española, es una variedad de troncho ancho, alargado. Sus hojas se agrupan de forma poco apretada alrededor de un tronco sin formar del todo un cogollo. Las hojas oblongas le han hecho ganarse el popular nombre de ‘oreja de burro’.

-Iceberg: pertenece a las variedades de hoja crujiente, su forma es redonda y sus hojas muy prietas. Presenta forma de repollo.

-Trocadero: pertenece a la variedad de lechuga ‘mantecosa’. También conocida como ‘francesa’ es de hoja suelta y sabor suave.

-Hoja de Roble: variedad acogolladas, sus hojas son onduladas y sus tonalidades van del verde al marrón.

-Lollo Rosso: presentan un intenso color rojo agranatado y unas hojas muy rizadas. De sabor amargo, su origen es italiano.

-Batavia: dentro de esta variedad habrá ejemplares con hojas más o menos rizadas y con una gama de colores que van del marrón al rojizo.

-Butterhead: como la Trocadero, pertenece también a la variedad de lechuga ‘mantecosa’ y su sabor es también suave.

-Cogollos: son ‘minilechugas’, cuyo centro es crujiente, sabroso y de color amarillento. En España son muy famosos los cogollos de Tudela.

Por cierto, es muy importante lavar bien la lechuga, especialmente en el caso de las variedades de hoja suelta. Debe cortarse el tronco e ir separando las hojas con la mano,  lavándolas de una en una bajo el grifo de agua. También conviene dejarlas un rato en un recipiente con agua y un chorrito de limón o vinagre para asegurarse de que desaparezcan todos los bichitos que estuvieran en su interior.

A partir de ahí, la mezcla de diferentes tipos de variedades y todo tipo de productos dan lugar a un abanico enorme de posibilidades. Porque para gustos están los colores y quien diga que las ensaladas son aburridas, definitivamente, no sabe muy bien lo que está diciendo.