A nadie le sorprende a estas alturas ver reportajes en los medios de comunicación sobre el desperdicio de alimentación en nuestro país. Algo alarmante teniendo en cuenta la situación que estamos viviendo, en la que hay numerosas familias que pasan penurias para poder llevarse algo a la boca cada día.

Ante esta situación, en todos está la voluntad de luchar contra el desperdicio de alimentos que hacemos cada día sin darnos cuenta, a pesar de que sea a menor escala que los establecimientos hosteleros. Como consecuencia, son varias las instituciones públicas y privadas que se han puesto manos a la obra y han decidido lanzar campañas de concienciación para luchar de forma interna y externa contra el citado desperdicio.

En este sentido, cabe mencionar el concurso ‘¡Buen aprovecho!’, organizado por Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El mismo está dirigido tanto a profesionales de la hostelería como a consumidores, puesto que tanto unos como otros pueden dar consejos muy interesantes sobre cómo no desperdiciar la comida, pero también son el público objetivo para darles consejos que no conocían sobre el mismo tema y que los puedan poner en marcha a nivel profesional y personal.

Los ganadores del certamen, que se darán a conocer hoy lunes, día 4 de noviembre, obtendrán un diploma acreditativo, así como una  cena en un parador de España (para los participantes particulares) o un curso de cocina con profesionales (para los participantes del sector de la hostelería).

Semana de la Reducción de Desperdicios

Desde el lunes y hasta el próximo domingo, día 10 de noviembre, se celebra la ‘Semana de la Reducción de Desperdicios’, que organiza el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Una semana que se engloba dentro de la campaña ‘Más alimentos, menos desperdicios’ puesta en marcha por el citado Ministerio el pasado mes de abril.

La misma se divide en cinco áreas: difusión y establecimiento de buenas prácticas; realización de estudios que desvelan los problemas referentes a este tema; aspectos normativos que puedan afectar para el derroche de alimentos; desarrollo de nuevas tecnologías que ayuden a minimizar el problema y colaboración con otros agentes.