¿Qué hacer para que la fruta no se oxide?

La primavera y el verano son épocas en las que el consumo de frutas se dispara, pero también las temperaturas. ¿Sabemos cómo actuar para que no se estropeen?

Miércoles, 22 de abril 2020 | Actualizado 29/04/2020 15:24h.

Con el aumento de las temperaturas, siempre apetece más comer ligero y fresco, por no hablar de la famosa 'operación bikini' a la que muchas personas de 'someten' durante estas semanas. Por estas razones, y por lo sanas que resultan, el consumo de frutas se dispara durante estas fechas, pero también lo hacen los problemas para conservarlas. El calor es un nefasto enemigo para todos los alimentos y no iba a ser menos en el caso de las frutas.

Por ello, conviene saber una serie de trucos para evitar su oxidación, es decir, que a los minutos u horas de cortar las frutas, éstas adquieran un color marrón. Ese proceso se llama 'pardeamiento enzimárico' y se produce debido a la acción de una enzima que concentra la oxidación de distintas moléculas cuando actúa junto al oxígeno.

Algunos consejos para evitar que la fruta se oxide

Lo primero que hay que señalar es que si en el momento de cortar la fruta el cuchillo que utilizamos tiene óxido, acelerará tremendamente el proceso de oxidación, por lo que debemos prestar especial atención a los utensilios que entran en contacto con la fruta.
Por otro lado, el truco más utilizado para evitar que se oxide la fruta es, precisamente, utilizar un antioxidante. Y qué mejor que los cítricos para ello. Estas frutas, con su Vitamina C, es un potente antioxidante y se puede hacer de dos formas: añadiendo zumo de limón a la fruta cortada o frotándola con unos gajos de cualquier cítrico.
También cabe la opción de guardar la fruta (aunque esto también puede servir para la verdura) en un recipiente cerrado de manera hermética o en una bolsa de plástico cerrada al vacío, ya que ambos sistemas evitan que el aire entre en contacto con los alimentos, haciendo imposible la oxidación.
Una manera más sencilla de conservar estos alimentos es meterlos en un bol lleno de agua fría y echar en él un chorro de cualquier zumo de cítrico o de vinagre, aunque es preferible que éste sea de manzana (media taza por cada litro de agua, aproximadamente).
Por último, hay que señalar que la industria también se ha movido para dar una solución a estos procesos y que hoy en día se pueden encontrar unos polvos que ayudan a detener la oxidación.