¿Se te ha ocurrido alguna vez incluir fresas en recetas saladas? Con la entrada en febrero llegan los primeros ejemplares de esta fruta. Además de consumirlas como postre, nos ofrecen una gran cantidad de posibilidades en la cocina.

Las ensaladas y verduras son una buena opción para incluir las fresas en recetas saladas

Y es que, ya desde febrero, pueden comenzar a verse las primeras en diversas fruterías y supermercados. Las neveras de muchas casas y los paladares de los inquilinos se alegran con la presencia de estas pequeñas frutas rojas que, además de ser perfectas para consumir como postre en fresco o en elaboraciones de repostería, pueden integrarse en muchos de los platos salados que se consumen en el día a día.

Huelva es la principal provincia productora de España de esta fruta, muy demandada a nivel internacional. Entre sus principales propiedades se encuentra su bajo aporte calórico y su alto contenido de vitamina C.

Con la fresa se puede innovar en muchos sentidos, pero hay una primera regla que se debe guardar: no calentar el producto. La razón es que estos frutos no soportan las altas temperaturas y al calentar las piezas se marchitan y pierden sabor. Por ello, es importante tener en cuenta que si se incluyen en algún plato caliente, las fresas hay que añadirlas al final.

La mejor forma, por lo tanto, para disfrutar de las fresas es en un plato fresco. Las ensaladas son el plato más fácil en el que podemos incorporar las frutas, por lo que es un acierto añadir fresas a las diferentes variedades de lechuga.

Sin embargo, todas las verduras en conjunto son una buena opción para combinar esta fruta. Si en casa no sois muy amigos de los vegetales, prueba a añadir unos trozos de fresa a un salteado de verduras a la plancha y acompáñalo de una crema balsámica de manzana o vinagre.

Con la llegada de las altas temperaturas aumenta el consumo de sopas frías como el gazpacho o salmorejo, pero… ¿Por qué no incluir las frutas es estos platos? El gazpacho de fresas, en el que se sustituye el tomate por esta fruta, es una elaboración muy sencilla y rompedora.

Asimismo, más habitual ha sido incluir las fresas en pequeños canapés o ‘bocaditos’. En ese sentido, esta sabrosa fruta casa muy bien con ingredientes lácteos como el queso azul o el queso de burgos; elementos salados como las anchoas; y también con texturas suaves. Uno de los más afamados platos para incluir esta fruta son los espárragos con fresas y aguacate.

También con pescados y carnes

Aunque el uso de las fresas ha sido frecuentemente vetado en platos con pescados o carnes como elemento protagonista, lo cierto es que hay ciertas combinaciones ganadoras.

El sabor de los ahumados como el bacalao y el salmón combinan realmente bien con el de esta fruta. También con el del atún marinado en salsa de soja, dos sabores muy particulares con los que la fresa crea una combinación exquisita. Y si te gusta arriesgar, ¿por qué no apostar por un tartar de gambas y fresas? Se trata de un delicioso plato fresco, ideal para los días con altas temperaturas.

Respecto a la carne, lo más recomendable es incluir las fresas en la salsa que acompañará el producto. La salsa agridulce elaborada con kétchup, fresas y miel es una apuesta ganadora para el acompañamiento a un buena pieza de costilla.