Los 6 tipos de té por color

Procedente principalmente de la China continental, también son grandes productoras de té otras zonas del mundo como: India, Sri Lanka, Taiwán, Japón, Nepal, Australia y Kenia.El mundo del té, sus variedades, así como las formas de prepararlo, puede resultar confuso para quien no lo consuma. Pero nuestra intención es arrojar luz sobre este asunto y explicar de dónde viene la clasificación de los tés, por qué se nombran por colores y, por último, cómo está indicado consumirlo.

Lo primero a aclarar es que hay seis variedades de té y que todas ellas se obtienen de las hojas de la planta de origen oriental camellia sinensis. Pero entonces, si todos los tipos de té provienen de la misma hoja, ¿cómo se establece la tipología? La respuesta está en el tiempo de fermentación y el grado de oxidación a la que se somete la hoja.

Así pues, con esa primera duda resuelta, conozcamos más en profundidad cada una de las variedades, sus características y cómo ha de prepararse.

El té verde, por su parte, no está fermentado. Hay personas que lo utilizan como diurético, ya que a la gente que tiene problemas de retención de líquidos le recomiendan tomar este tipo de producto. Tiene buenos antioxidantes y algo menos de teína que los tés rojos o negros. Esta variedad en la que la hoja no ha sido oxidada es una de las más consumidas del mundo y, a consecuencia de ello, no hay regla escrita a la hora de prepararlo. El modo de infusión dependerá del tipo, pero como resultado se obtendrá una tonalidad amarilla dorada. Lo que sí es unánime es que el té verde no acepta leche, aunque sí le queda genial un toque de limón. El té matcha es un tipo de té verde.

La variedad más consumida del mundo es el té rojo, color que se corresponde con el de la infusión y que proviene del proceso de oxidación que padecen las hojas. Existen diversos tipos de té rojo, en los que varía considerablemente en tiempo de infusión, un proceso que deberá realizarse con agua a 95ºC.

El té fermentado por excelencia y sometido a un proceso de maduración que puede alargarse años, por lo que se dice que este tipo de té, como el vino, mejora con los años. Su infusión, de tonalidad acaramelada o marrón, se realiza en 3-4 minutos con agua a 95ºC y existen diversas opiniones sobre si acepta o no acompañamiento de leche. Lo dejamos a tu elección, aunque lo que sí le va de perlas es un toque de limón. Es más fuerte y contiene más teína. Es el té que más estimula.

Debe su nombre a la pelusa blanca presente en la hoja joven, sometida al menor proceso de oxidado y fermentado. De ello resulta un té de color pálido, ligero y de sabor suave. ¿Cómo tomarlo? Dejar infusionar entre 5 y 8 minutos a 70ºC en un agua que no haya hervido. Ante la imposibilidad y nula necesidad de potenciar su sabor, lo ideal es beberlo tal cual, sin ácidos ni leche añadidos. se considera uno de los tés con mejores propiedades anti oxidantes que hay, además de tener muchas vitaminas. Pertenece a la hoja más tierna del árbol de té. Sin embargo, su sabor es más sutil y hay gente que prefiere que el té tenga mayor sabor, a pesar de que la calidad de este tipo de té es muy buena. Destaca asimismo, que tiene menos teína, por lo que también se puede tomar a la tarde o a la noche».

Las hojas sufren un proceso similar al del té verde, añadiendo una ligera fermentación que deriva en un color de tono dorado. El té amarillo tampoco casa bien con la leche, pero sí tiene un modo de preparación concreto: infusionar a 70ºC entre 4 y 6 minutos.

También conocido como Oolong, el color de la infusión no es azul, sino anaranjado. Las hojas son semioxidadas y, en ocasiones, también tostadas para lograr su característico sabor. El té azul se prepara a 95ºC durante 5-7 minutos y tiene un beneficio destacado respecto a los otros: las hojas pueden reutilizarse para preparar infusiones sucesivas. Tiene un sabor muy característico: al final deja un sabor a alga. Es un té verde, aromatizado con cítrico y alga. Las cualidades son las mismas que las de cualquier otro verde, sólo que éste es perfumado».