Torrija del restaurante Abarka

Una torrija recién hecha del restaurante Abarka [Foto: diariovasco.com]

En evolución

Torrijas, un postre de siempre

El chef Nacho Gracia, del Abarka, nos cuenta los pasos a dar para preparar este sencillo y rico postre de toda la vida

diariovasco.com | 23/02/2012 |

Las torrijas han estado siempre relacionadas con la Semana Santa, pero desde hace ya muchos años se han convertido en un postre que se ofrece en muchos restaurantes a lo largo de todo el año. Uno de ellos es el restaurante Abarka de Hondarribia, del chef Nacho Gracia.

Existen multitud de formas de prepararlas porque cada maestrillo tiene su librillo, pero todas tienen un denominador común: están para chuparse los dedos. Nacho Gracia, que lleva 16 años en los fogones del restaurante Abarka, nos explica los pasos a dar para preparar unas ricas torrijas.

Todo el mundo sabe que las torrijas eran antiguamente una forma de aprovechar el pan sobrante del día anterior. De hecho, en francés se llaman 'pain perdu' (pan perdido). En todo caso, la recomendación de Nacho Gracia es «utilizar un pan brioche o un bizcocho de mantequilla, que se corta en rebanadas y se colocan sobre un recipiente».

Elaboración de las torrijas en el Abarka

Las torrijas se ofrecen hoy en día en muchos restaurantes todo el año

Por otra parte, añade el chef del Abarka, «hay que poner a calentar en un puchero medio litro de leche de caserío, medio litro de nata fresca, dos ramas de vainilla Bourbon, 50 gramos de leche condensada, seis cucharadas de azúcar y dos yemas de huevo rotas».

«Todo eso se fusiona sobre el fuego y justo antes de que hierva, se abren las vainillas a lo largo con un cuchillo y se vacían sobre la leche. Una vez que esta preparación esté templada, se vierte sobre las rebanadas de pan con la ayuda de una cuchara sopera, hasta empapar, y se refrigera. Antes de servir, se añade azucar y se carameliza con un soplete».

Tres buenas opciones para acompañar las torrijas son una crema inglesa de café, un helado de queso fresco o de mamilla, o unas natillas de café. Lo dicho, para chuparse los dedos.