La dieta atlántica no es un concepto nuevo, aunque es verdad que desde hace algunos años se está intentando recuperar, poniendo en valor los pescados y verduras gallegos, así como sus infinitas propiedades.

Precisamente, las bondades de la tierra gallega, los productos naturales y de calidad son el pilar principal de la dieta atlántica. De hecho, una de sus características más acusadas es el alto consumo de pescado. En ella, se recomienda una ingesta de este alimento de 3 ó 4 veces por semana. A diferencia de la carne, que se debe comer con mesura.

Otros alimentos con gran presencia en la dieta atlántica son las hortalizas y las frutas, en especial las de este territorio. Los cítricos y las manzanas serían las frutas más representativas, siendo las cebollas, zanahorias, berza, grelos… algunas de las más recomendadas.

En la dieta atlántica están muy presentes las verduras y los pescados gallegos

Además, las legumbres, los cereales y las patatas cuentan también con un gran protagonismo en la dieta atlántica. Así como los lácteos, de los que se pueden encontrar muchos productos elaborados en esta región.

En cuanto a la preparación de todos ellos la sencillez es la clave. Los alimentos se preparan respetando siempre su calidad, utilizando mucho como método de elaboración la cocción. Los platos a la plancha o con un toque de aceite de oliva también están presentes en ella. Todo ello acompañado siempre, como bebida principal, del agua y un consumo moderado de vino.

Beneficios de la dieta atlántica

La dieta atlántica no solo resulta muy completa sino que además alberga diversos beneficios, que hacen de ella una buena alternativa si se quiere llevar a cabo una alimentación basada en productos frescos y cuya elaboración es muy respetuosa con sus propiedades.

Si destaca un beneficio de la dieta atlántica, por encima de todos, es su alto valor proteico. La gran presencia de pescado, legumbres y lácteos representa una fuente importante en este sentido.

Asimismo, el caldo tradicional gallego cuenta con diversos estudios que defienden que los grelos, presentes en su elaboración, contribuyen a proteger el cuerpo ante el cáncer de páncreas. Además, de que la grasa de cerdo con la que cuenta tiene propiedades antiinflamatorias.

En cuanto al vino, varios estudios señalan que un consumo moderado de vino tiene beneficios cardiovasculares.