La costera de la anchoa comenzó en marzo, pero es en los meses siguientes, entre abril y junio, cuando este pescado azul es habitual en las pescaderías. Solo su delicioso sabor y su textura agradable ya son razones suficientes para consumir este pez que generalmente no excede de los 15 centímetros, pero existen otros argumentos más relacionados con la salud que lo convierten en un imprescindible.
La anchoa es una auténtica 'bomba' de proteínas, vitaminas y minerales
La anchoa es una auténtica 'bomba' de proteínas, vitaminas y minerales. Posee altas cantidades de ácidos grasos insaturados oleico, linoleico y omega 3. Por ello, si consumimos con regularidad este producto ayudaremos a nuestro cuerpo a regular los niveles de colesterol.
De este modo, agilizaremos la circulación de la sangre por unas venas y arterias limpias. Comer dos veces a la semana anchoa se encuentra, por tanto, especialmente recomendado para personas que tienen riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.
La anchoa del Cantábrico también es una gran fuente de vitaminas A, D, E y K y de minerales como el sodio, potasio, magnesio, fósforo, hierro y calcio, con todas las ventajas saludables que proporcionan estos elementos. Por si fuera poco, un 20% de su peso corresponde a proteínas, en cantidades similares a las que se encuentran en el huevo o en la carne.
Las importantes y numerosas ventajas que nos aportan las anchoas recomiendan de manera especial contemplarlas como parte de nuestra dieta habitual. Ahora es el momento de consumirlas frescas, fritas o rebozadas como dicta la tradición guipuzcoana y vasca, que conoce a la perfección la calidad de su producto.
Ancha en conserva
Otra forma de consumir anchoa del Cantábrico durante el resto del año es en conserva. En este caso, no debemos olvidar que este producto en realidad es una semiconserva, es decir, no se envasa al vacío como ocurre con las conservas. Por este motivo, hay que mantenerlas en todo momento en un entorno frío y se recomienda que, una vez empezadas, se cubran de aceite para una mejor conservación.
Fritas, rebozadas, crudas, marinadas, al horno, al ajillo o rellenas, las anchoas son una delicia que ahora se presentan aún más a nuestro alcance. Aprovechemos el momento.